Friday, May 4, 2007

Edgar Allan Poe


Poe fue sin duda el creador de relatos cortos de terror moderno, donde es especialmente importante la psicología de los personajes. En su obra el descenso a los infiernos es constante como lo fue en su propia vida. En "El pozo y el péndulo" es casi literal, de tal manera que el protagonista prefiere el péndulo que le partiría en dos a ser arrojado al pozo oscuro que le llevaría al fondo mismo del averno.Uno de mis relatos favoritos es "La caída de la casa Usher" en que el desmoronamiento físico y moral es absoluto e inminente.Todo allí es angustioso: el páramo, la casa rodeada de grietas, el silencio y esa hiperestesia que enloquece a Roderick perteneciente a un mundo ajeno al nuestro. El narrador es el testigo alucinado del desplome de dos seres atrapados por una maldición. De nuevo, la tragedia. Y es que ciertamente hay seres que caminan, se mueven, hablan y respiran pero ya están muertos, al menos, por dentro. Y es lo que le ocurre a Roderick y a su hermana: ya están muertos, o mejor dicho, la muerte es un puro trámite. Lo único que necesitan es un testigo que explique lo acontecido en aquella casa destruida por la endogamia, tal vez el incesto, en una atmósfera enrarecida por una soledad extrema. Sin este cronista tan sólo nos encontrariamos con unas ruinas incomprensibles, un rompecabezas sin sentido. El narrador se llevará su testimonio consigo, tal vez para burlar de alguna manera la aniquilación total de los Usher. El recuerdo ya es algo...

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