Drácula y las mellizas (Twins of evil 1971)
Dir. John Hough
Reconozco que tengo cierta debilidad por las películas de la Hammer, creo que han sido los que mejor han reflejado el gótico del siglo XIX con sus criptas, sus castillos, sus cementerios, la niebla, los vampiros y las doncellas en peligro. Y éste condensa todos estos elementos a la perfección.
A pesar del título, Drácula no aparece para nada, lástima porque hubiera preferido a Christopher Lee en el papel, en vez del conde Karstein, un vampiro lolailo con pelo de tazón (Damien Thomas) . Por cierto, que la referencia a la obra Carmilla es evidente, incluso aparece brevemente el personaje con el nombre de Mircalla.
También tenemos el tópico maniqueo del bien y el mal en la figura de las gemelas. Una es buena, prudente, casta y pura y la otra es perversa y viciosilla, y será la que haga buenas migas con el conde. Con lo que la lucha entre la dualidad eterna del bien y el mal se produce constantemente en la película.
Asimismo, hay una curiosa combinación entre lo naif y la crueldad, pero tirando más a lo primero, pues sus diálogos son de folletín y sus personajes casi de cómic. Con todo es una deliciosa película para disfrutar sin prejuicios, retornando a nuestra infancia, cuando todas estas películas resultaban terroríficas y grandilocuentes.
Dir. John Hough
Reconozco que tengo cierta debilidad por las películas de la Hammer, creo que han sido los que mejor han reflejado el gótico del siglo XIX con sus criptas, sus castillos, sus cementerios, la niebla, los vampiros y las doncellas en peligro. Y éste condensa todos estos elementos a la perfección.
A pesar del título, Drácula no aparece para nada, lástima porque hubiera preferido a Christopher Lee en el papel, en vez del conde Karstein, un vampiro lolailo con pelo de tazón (Damien Thomas) . Por cierto, que la referencia a la obra Carmilla es evidente, incluso aparece brevemente el personaje con el nombre de Mircalla.
También tenemos el tópico maniqueo del bien y el mal en la figura de las gemelas. Una es buena, prudente, casta y pura y la otra es perversa y viciosilla, y será la que haga buenas migas con el conde. Con lo que la lucha entre la dualidad eterna del bien y el mal se produce constantemente en la película.
Asimismo, hay una curiosa combinación entre lo naif y la crueldad, pero tirando más a lo primero, pues sus diálogos son de folletín y sus personajes casi de cómic. Con todo es una deliciosa película para disfrutar sin prejuicios, retornando a nuestra infancia, cuando todas estas películas resultaban terroríficas y grandilocuentes.
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