Asesinato en 8 mm (8mm, 1999)
Director: Joel Schumacher
Intérpretes: Nicolas Cage, Joaquin Phoenix, James Gandolfini, Peter Stormare, Anthony Heald
Nacionalidad: USA
Atención spoiler
Esta película trata el tema de las snuff movies aunque más desde el thriller que desde el terror. No es una película gore ni se recrea en lo sangriento pero se adentra en lo más oscuro de la psique humana. El personaje de Nicholas Cage deciende casi literalmente a los infiernos, por cierto que Cage aunque sobreactua, se lo perdonamos, como se lo perdonabamos (salvando las distancias, claro) a Bette Davis o Vincent Price, con un personaje que enloquece y se convierte en aquello que desprecia, más por venganza que por justicia, si es que hay alguna diferencia.
El film comienza como las películas de detectives de los años 40: Cage entra en una lujosa mansión donde una viuda rica le pide descubrir si en una de las cintas que su marido guardaba secretamente en la caja fuerte hay un asesinato real o no, la mujer quiere estar segura de que amaba a un buen hombre no a un psicópata pero en cualquier caso quiere descubrir la verdad. También quiere conocer la verdad la madre de la chica desaparecida que aparece en la cinta. Pero la verdad es un plato difícil de digerir cuando se encuentra. Cage tiene que adentrarse en el submundo de la pornografía de la mano de Joaquin Phoenix que hará de Cicerone o de Virgilio en un infierno que ni Dante se hubiera atrevido a imaginar. Y aunque Phoenix tiene un aspecto un tanto mefistotélico resultará un ángel que acabará crucificado para la redención de una humanidad desorientada y cruel.
La lástima es que la película está desaprovechada y los personajes malvados son esterotipados quizás a excepción de Máquina en el que Cage observa con estupefacto su vulgaridad, la vulgaridad del mal, los psicópatas tienen un aspecto corriente y se sientan tranquilamente a nuestro lado en el autobús. No podemos distinguir las facciones de los malvados, ni de los mediocres, ni de los buenos, la cara no es más que una máscara más y ni Lombroso podría distinguir el bien del mal por el ángulo de la nariz o por la torvedad de la mirada, por desgracia la cara no es el espejo del alma.
Aunque no es una mala película yo diría que le falta algo, tal vez una mejor explicación que nos lleve a entender por qué el personaje de Cage enloquece hasta el punto del asesinato a sangre fría pues el que tenga una hija a la que quiera proteger de las crueldades del mundo no es suficiente.
De la película me quedo con la pregunta que le haríamos a todos los malvados: ¿Por qué? La respuesta no puede ser más terrible: porque podía.
No comments:
Post a Comment